La organización interna del grupo de alabanza
Tomado de Internet
INTRODUCCIÓN:
Todo grupo de alabanza tiene la gran responsabilidad de llevar al pueblo a la presencia manifiesta de Dios. La eficacia de ésta responsabilidad depende de dos aspectos importantes: primero, la vida de oración de cada alabador, y segundo, el buen funcionamiento del grupo internamente. Del primer aspecto cada miembro tiene responsabilidad personal, y en el segundo, hay necesidad de tener algunos lineamientos claves para que la preparación del grupo sea buena y por lo tanto los resultados de su funcionamiento interno se vean en la conducción pública de la alabanza.
I. EL DIRECTOR MUSICAL
Cada grupo de alabanza debe tener un director musical, cuya función es la dirección general del grupo. Sus responsabilidades se definen como sigue:
- Encargado de dirigir los ensayos.
- Responsable de enseñar las alabanzas.
- Responsable de toda la enseñanza técnica del grupo, clasificación de voces, instrumentos, etc.
- Es la autoridad principal en el grupo.
- Es responsable de mantener la visión de la alabanza en el grupo y su congregación local.
- Es responsable de ir levantando a otras personas con dones para desarrollarse en el ministerio de la alabanza. Discipulado musical.
- Debe ser una persona bien preparada tanto espiritual como musicalmente.
- Debe preocuparse de mantener la disciplina del grupo. Esto abarca varias fases:
- Horarios de ensayos y control de asistencia.
- Distribución de los miembros para conformar pequeños grupos, obedeciendo a clasificación de voces e instrumentos.
- Aplicación de medidas disciplinarias en acuerdo con su autoridad.
II. LOS DIRECTORES DE ALABANZA
Además del director musical, cada grupo de alabanza debe tener directores de alabanza. Estos directores son los que presiden al grupo en las reuniones públicas de alabanza. Las funciones y responsabilidades de los directores de alabanza:
- Deben saber preparar la lista de las alabanzas para poder tener un tiempo ungido durante la alabanza.
- Deben conocer las tonalidades de los cantos para no caer en saltos tonales y aún rítmicos que hagan perder la unción.
- Deben tener autoridad para dirigir al grupo y al pueblo.
- Deben ser buenos animadores.
- Deben ser adoradores para dirigir con el ejemplo.
- El director musical debe ser uno de los directores de alabanza.
III. LA ESTRUCTURA DEL GRUPO
a. El grupo debe tener una estructura definida con el propósito que cada miembro tenga claridad de sus funciones, y se tenga así, mayor fluidez en el ministerio de alabanza.
- El director musical es la autoridad principal en el grupo.
- Los directores de alabanza están para dirigir reuniones de alabanza, supervisados y discipulados por el director musical.
- Todos los miembros, tanto cantantes como instrumentistas deben estar sujetos al director musical o a los directores de alabanza en funciones.
- Todo nuevo integrante de alabanza debe probar fidelidad y capacidad, por un tiempo determinado por el director musical.
- Se debe mantener un ensayo general porque todos deben saber que son parte de un solo grupo. El no hacerlo así puede llevar a divisiones, diferentes “visiones” y hasta cambiar las alabanzas, interpretándolas de diferente manera cada grupo.
- Todos los subgrupos deberán estar claros que el director musical es la autoridad para cada uno de ellos.
- Los subgrupos deben ser conformados por el director musical de acuerdo a una buena clasificación de voces e instrumentistas para que tengan un buen acople técnico.
- Cada subgrupo deberá funcionar por lo menos con dos directores de alabanza, con el propósito de no sobrecargar solo a una persona y a la vez para darle variedad de expresiones musicales y espirituales.
- Como todos los subgrupos ensayan juntos con el director musical, al subgrupo que le toca dirigir una reunión pública, le es saludable tener un pequeño ensayo extra para orar y repasar la lista con el propósito de dar lo mejor de cada integrante para la alabanza congregacional.
IV. LOS ENSAYOS DE ALABANZA
Los ensayos del grupo de alabanza deben estar bien definidos en cuanto a lo que deben incluir para aprovechar mejor el tiempo. A continuación doy algunas sugerencias para hacerlo:
- Empezar con un tiempo de oración. A veces puede variarse dejándolo al final, puede ser de media hora, incluyendo ministración mutua por las necesidades de cada miembro.
- Un tiempo para dar visión sobre alabanza y estudio de la Biblia por una media hora.
- Tiempo para ejercicios vocales musicales para “calentamiento”; 10 minutos.
- Aprendizaje de nuevas alabanzas, media hora.
- Un tiempo de media hora a 40 minutos para alabar al Señor usando los pasos del tabernáculo terminando con adoración general.
- A este esquema se le pueden hacer cambios de acuerdo a la necesidad, pero es buena base para aprovechar bien el tiempo de ensayo.
- Cuando se aprendan nuevas alabanzas es aconsejable que los que tocan instrumentos ensayen antes que los cantantes para no perder mucho tiempo en la reunión y los cantantes aprendan ya con acompañamiento musical.
V. EL DISCIPULADO DE ALABANZA
Uno de los puntos que requiere especial atención es el discipulado musical en los grupos de alabanza. La falta de este discipulado, hace que los que tocan instrumentos sean los únicos en las reuniones de la iglesia y que con el pasar del tiempo se “quemen”. Además, habrá estancamiento y se perderá la visión de crecimiento y progreso de la alabanza.
a. Por ésta razón damos a continuación algunos lineamientos para el discipulado musical.
- Toda persona que ejecuta un instrumento debe, por lo menos, enseñar a otra a tocarlo como ella lo hace.
- La cadena del discipulado nos enseña que el que aprende algo, afianza lo aprendido enseñándoselo a otro. Si este principio se aplicara en la alabanza tendríamos suficientes músicos para las células.
- Cada persona que está involucrada en la alabanza debe preocuparse por progresar, cultivando los dones que Dios le dio, estudiando y ejercitando dichos dones para llegar a la excelencia.
- El director musical es responsable de que este discipulado se lleve a cabo en la dimensión que Dios quiere.
b. Hay varios recursos externos al grupo de alabanza local para desarrollar habilidades, talentos y dones musicales.
- Escuelas de música. Hay varias escuelas de música a nivel cristiano y para instrumentos aún se puede recurrir al Conservatorio Nacional o maestros privados de música.
- Recurrir a hermanos de la iglesia que tienen mayor capacidad desarrollada que nosotros para que nos enseñen.
- Ser diligentes para hacernos la disciplina del estudio del instrumento que tocamos o queremos tocar, dedicándole por lo menos dos horas diarias a la práctica del mismo.
El desarrollo de lo que el Señor nos ha dado hará que la excelencia forme parte de la alabanza de la iglesia y que el nombre del Señor sea exaltado más y más.
Dios los bendiga