Reglas de Oro para el Músico Cristiano.
By Daniel Torres.
1. Nunca tengas la música como tu dios personal, ni el lugar
físico (plataforma) como tu único territorio de poder. Debes reconocer a Dios
como tu Señor y Maestro, valorar su obra por encima de cualquier cosa, incluida
la música y tus capacidades personales.
2. No te servirás a ti mismo ni buscarás la fama personal
sino que buscaras ser de bendición a otros, a la obra y a tu Dios, procurando
siempre el bien y la edificación del cuerpo de Cristo.
3. Servirás a todos por igual a través de la música, tu voz y
tu instrumento, sea cual sea su edad, condición social o cultura.
4. Conoce bien la voluntad de Dios para ti, no juegues con
tus emociones y tomes decisiones equivocadas, asegúrate de que Dios te quiere
precisamente en el lugar donde estas,
5. Asegúrate y trabaja el don o dones espirituales que Dios
te ha dado y contrástalos con las capacidades musicales que tienes. Nunca
caigas en el pecado de que lo sabes todo; constantemente revisa tus aptitudes y
púlelos para el bien del ministerio musical cristiano; un músico nunca deja de
aprender, menos un cristiano. Ten siempre una buena actitud para aprender
6. Nunca se apartara de ti el libro de Dios, aliméntate
todos los días de ella para entender la voluntad de Dios para tu vida, no te
vayas por camino de la moda y lo contemporáneo, entiende y vive su Palabra y
entonces tendrás un ministerio de bendición (para ti y la congregación donde
participas)
7. Busca siempre la excelencia, no uses la común expresión:
"Al cabo y es para el Señor". Recuerda que su palabra dice:
"hacedlo bien" (con arte), esto quiere decir perfeccionamiento.
8. Debes tener una actitud de trabajo de equipo y sumisión.
Nunca trabajaras o ministraras solo, tienes personas arriba de ti como debajo
de ti. Solamente se un instrumento de Dios y sométete a las normas de Dios y de
la iglesia.
9. Buscaras la adoración como un sentido comunitario,
(incluye todas las edades) Evita la actitud elitista o sectaria.
10. No uses la capacidad musical y los dones espirituales
que Dios te dio para crear divisiones en el cuerpo de Cristo. No provoques a
ira, enfrentamiento o división
11. Debes de recordar que eres un sacerdote de Dios ante la
congregación; deberás cumplir con tu propósito ministerial para con todas las
personas en la iglesia; con la niñez, con la juventud, con los adultos, con los
ancianos por lo cual deberás ser un verdadero hijo de Dios que lo testifique
con hechos, palabras y actitudes y amaras a tu prójimo como a ti mismo
12. La comunión deberá ser un elemento principal con tus
colaboradores; nunca busques la competencia porque este es un instrumento del
enemigo
13. Comparte lo que Dios te ha dado con otros con sencillez
y humildad
14. Y finalmente, el más importante: Amaras a tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
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